sábado, 18 de mayo de 2013

          Es difícil y en ocasiones frustrante cuando el docente se enfrenta ante actitud apática de sus alumnos que asisten a la escuela con el único fin de "pasar el tiempo".
La sociedad está inmersa buscando la satisfacción económica y deja atrás lo verdaderamente importante que es la atención a los hijos. De ahí que encontremos en el aula niñ@s con sus necesidades materiales cubiertas pero carentes de sin número de valores reflejados en sus actitudes.
  Aunado a lo anterior podemos señalar la desintegración familiar y entonces sí, el alumno queda completamente a la deriva. En mi caso un 20% del grupo se encuentra en esta combinación letal lo cual se manifiesta en conductas agresivas, miradas perdidas en el horizonte o  lágrimas derramadas sin motivo aparente de parte de ciert@s alumn@s.
Alguien dijo: " ni que fuera difícil ser maestro" Se nota que no ha estado frente a un grupo de educandos.