jueves, 13 de diciembre de 2012

                             LA  LEYENDA DEL ORO
 Una noche, hace muchos pero muchísimos años, mi tatarabuelo se encontraba con sus amigos tomando y brindando. Así que muy tarde se fueron a sus casas muy felices cantando, aunque cuenta mi tatarabuelo que él no iba muy tomado ni borracho, entonces de caminó a su casa le ganó del baño y se fue debajo de un árbol. Cuando de repente vio a lo lejos una llamarada como si fuera fuego, así que le entró mucha curiosidad de ir a ver que era, cuando de repente volteó a su lado y observó un enorme perro negro que lo venía siguiendo, pero a él le dio mucho miedo.
 Se regresó a su casa corriendo, muy espantado, pero muy espantado, llegó a su casa, su esposa asustada le preguntó:
 - ¿Qué te pasa?
 Entonces él muy nervioso decidió contarle lo que le había pasado. Pensó ir a averiguar el lugar donde se encontraba la llamarada o lo que se estaba quemando. Cuando llegó al lugar no había nada. A mi abuelo le habían contado anteriormente que cuando alguien veía una gran llamarada o bola de fuego era señal de que había oro, luego él se acordó de eso, decidió escarbar encontrando una gran olla de carbón. Mi abuelo decidió llevarse la olla, pero no decirle a nadie, lo puso en el techo de su casa.
Al otro día subió a ver la olla, ya no contenía carbón sino oro, por lo que también decidió no decirle a nadie. Pasados unos días comenzó a enfermarse demasiado feo. Así que decidió enterrar la olla cerca de su casa, en un hoyo muy profundo. Después le contó a su esposa lo que hizo. Su esposa no sabía que decirle.

 Hasta la fecha ha habido gente que con sus máquinas busca el oro que mi tatarabuelo enterró.

 AUTOR: KATIA JISELA MIRAFUENTES MENDOZA 
ESC. PRIM. “CUITLÁHUAC” 
QUINTO GRADO GRUPO “C” 
SN. DIEGO CHALMA, TEHUACÁN, PUE.

4 comentarios:

  1. LEYENDA INÉDITA CON PERSONAJES VERÍDICOS

    ResponderEliminar
  2. Habrá que ir a buscar el tesoro ¿no creen?

    ResponderEliminar
  3. Muy bonita leyenda,los pueblos siempre tienen historias así.Hay que rescatarlas.

    ResponderEliminar